EL VALOR DEL TIEMPO
El filósofo Gilipo, cuyas obras desgraciadamente se han perdido, ha sido el primero en hablar del "anillo de Gigés", acerca del cual se narra una fábula singular.
Ese anillo era realmente un talismán, pero un talismán muy razonable. He aquí como llegó a manos de su dueño:
Los pueblos de Lydia eran sibaritas del Asia Menor: pasaban las noches en festines y dormían hasta mediodía.
Gigés habitaba la ciudad de Pelopea, hoy Tiatira, ocho siglos antes de Cristo. Era joven, guapo, rico, valeroso y dotado de mil talentos. Cerca del pequeño río Halesus, al norte de Efeso, vivía el filósofo Gilipo, maestro, según dicen, del célebre Bias, uno de los siete sabios de Grecia.
Gigés, que era ambicioso, fue a consultarle para saber de él, y preguntarle cuál era el mejor empleo podía hacer en su vida.
"-Leed todos los días esto a los primeros rayos del sol" -le dijo el filósofo. Y le entregó un anillo de plomo que tenía una superficie plana de dos líneas de diámetro, la cual contenía 999 letras de caracteres casi ilegibles.
De regreso a Pelopea, Gigés leyó en el anillo lo que sigue:
"Suponed dos personas: una que se levanta a las nueve y media de la mañana y otra a las seis. Si viven cincuenta años cada una, la última contará con 63.875 horas más, o, lo que es lo mismo, 2661 días más de existencia activa que la primera".
"Suponed que haya en Lydia 1.500.000 personas que se levantan a las nueve y cuarto; si de ese número 950.000 pueden ser empleadas con utilidad y se levantan a las seis en vez de hacerlo a las nueve y cuarto, en cincuenta años habrá 6.432.292 años de mejora individual y social".
Veamos algunos ejemplos:
Imagínate que existe un Banco que cada mañana acredita en tu cuenta la suma de $ 86.400. No arrastra tu saldo día a día. Cada noche borra cualquier cantidad de tu saldo que no usaste durante el día.
-Qué harías? Retirar hasta el último centavo por supuesto!
Cada uno de nosotros tiene ese Banco. Su nombre es TIEMPO. Cada mañana, este Banco te acredita 86.400 segundos; cada noche este Banco borra y da como perdido cualquier cantidad de ese crédito que no has invertido en un buen propósito.
Ese Banco no arrastra saldos, ni permite sobregiros.
Cada día te abre una nueva cuenta. Cada noche elimina los saldos del día.
Si no usas tus depósitos del día, la pérdida es tuya. No se puede dar marcha atrás.
No existen los giros a cuenta del depósito de mañana, debes vivir en el presente con los depósitos de hoy.
Invierte de tal manera de conseguir lo mejor en salud, felicidad y éxito.
El reloj sigue su marcha. Consigue lo máximo en el día.
-Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que perdió el año de estudios.
-Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbró a un bebé prematuro.
-Para entender el valor de una semana, pregúntale al editor de un semanario.
-Para entender el valor de una hora, pregúntale a los amantes que esperan para encontrarse.
-Para entender el valor de un minuto, pregúntale a una persona que perdió el tren.
-Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que con lo justo evitó un accidente.
-Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale a la persona que ganó una medalla de plata en la olimpiadas.
Atesora cada momento que vivas y atesóralo más si lo compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo, y recuerda que el tiempo no espera por nadie.