Falta de sueño = malas notas
No dormir lo suficiente afecta el rendimiento escolar de los adolescentes.
Douglass Martin afirma que, en la Escuela de Enseñaza Media John Jay, de Nueva York, las clases empezaban a las 7:15 de la mañana. Algunos alumnos almorzaban a las 9:30. Las clases terminaban a las 2 de la tarde, pero la mayoría de los estudiantes se quedaban a realizar otras actividades. Los días en que había partidos, los deportistas, a veces, llegaban a casa a las 8 de la noche, apenas a tiempo para abrir los libros y repasar las lecciones del día siguiente.
En 1991 se cambió la hora de entrada a la escuela de las 7:50 a las 7:15 de la mañana. Muchas otras escuelas de Estados Unidos han decidido iniciar más temprano las clases para aprovechar mejor sus recursos de transporte, hacer menos numerosos los grupos de alumnos implantando turnos dobles y permitir que los chicos dispongan de más tiempo para practicar deportes.
El asunto de la hora de entrada a la escuela ha suscitado mucha controversia. En tanto que algunos se quejan del alto costo y de la inconveniencia de empezar más tarde el día escolar, otros acusan a los consejos escolares de perjudicar a los muchachos al obligarlos a dormir poco.
Tanto les preocupaba este problema a los electores del distrito de la Escuela John Jay, que aprobaron un incremento del presupuesto y el consejo escolar aceptó restablecer la hora de entrada anterior, a las 7:50 de la mañana.
Lo que ha originado tanta polémica es la importancia que tiene el sueño en sí. Los científicos coinciden en señalar que los adolescentes necesitan dormir, en promedio, tanto tiempo como los niños pequeños: nueve horas y cuarto cada noche. El adolescente medio duerme poco más de siete horas diarias entre semana, y el dormir hasta después del mediodía los fines de semana no compensa ese déficit.
Por otro lado, diversos estudios acerca de la concentración de melatonina -hormona asociada con la somnolencia en la sangre muestran que, de manera natural, los adolescentes concilian el sueño más tarde y despiertan más tarde. Como consecuencia, los maestros suelen llamar a la primera parte de la jornada escolar "la hora de los zombis". Mary Carskadon, profesora de psiquiatría y comportamiento humano en la Facultad de Medicina de la Universidad Brown, señala: "Los muchachos asisten a la escuela con el cerebro aún ajustado al horario nocturno".
En el Laboratorio de Investigación sobre el Sueño del Hospital E. P. Bradley se realizó una prueba a las 8:30 de la mañana con un grupo de estudiantes de cuarto grado de ensenanza media: algunos se quedaron dormidos rápidamente como las personas que padecen narcolepsia.
En otro estudio llevado a cabo por Mary Carskadon y Amy Wolfson,profesora de psicología en una escuela de Massachusetts, se observó una relación entre los hábitos de sueño de los adolescentes y sus calificaciones. Los estudiantes que obtenían notas regulares o malas en la escuela dormían menos tiempo que los muchachos que sacaban las mejores caificaciones.
Aunque los expertos afirman que incluso aplazar 15 minutos la hora de entrada a clases significaria ir en la dirección correcta, también consideran conveniente inculcar en los muchachos hábitos de sueño saludables. "Si los chicos, ayudados por sus padres, se durmieran 20 o 30 minutos antes, avanzaríamos de manera notable*, dice Mary Carskadon.
Para terminar. he aquí algunas sugerencias de Amy Wolfson para los adolescentes que aun tienen que levantarse antes: Como el ritmo del sueño es regulado por la cantidad de luz, es conveniente que enciendan las luces en cuanto despierten y que no se queden a oscuras. Después harían bien en realizar alguna actividad fisica, como sacar a pasear al perro, para adelantar su reloj biológico.
Si queremos buenas notas, hay que dormir las horas que el cuerpo nos pide.