¿CUÁL ES EL TÍTULO?

Un niño de seis años corrió con sus amigos del  pueblito alemán de Weil a un lugar desde donde observaron embelesados cómo se llenaba el cielo de luz de estrellas. Un rayo de fuego cósmico, el Gran Cometa de 1577, atravesó la mitad del cielo, avivando el espìritu del pequeño Johannes Kepler.  Su madre no sospechaba que su hijo transformaría el pensamiento convencional y plantaría la semilla de la Edad Moderna.

   Johannes era un niño larguirucho, solitario e introvertido, que vivía cubierto de costras y sarpullidos.  Criado por una familia extensa, constituida, principalmente, por degenerados y psicópatas, tuvo una infancia infernal.  No obstante, tenía un espíritu indomable y un gran sueño - volar al espacio - respaldado por una ávida imaginación y una sed insaciable de comprender, a su manera, la naturaleza del cosmos.

   Las leyes de Kepler sobre el movimiento de los planetas rescataron del olvido el sistema de Copérnico y prepararon el camino para la ley de la gravedad, sobre la que Newton construyó el universo moderno.

"Construyamos embarcaciones y velas que se adapten al aire celestial", le escribió Kepler a Galileo. "Mientras tanto, elaboremos mapas de los cuerpos celestes para los valientes viajeros del cielo".

   El telescopio y la óptica son producto del trabajo de Kepler, que también trazó un mapa de las estrellas y los planetas, pese al aislamiento y la miseria en que vivió.

   En la vida hay que atreverse a soñar y a armonizarla con nuestros más grandes sueños.



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