APRENDER A SUPERAR LA PRESIÓN FINANCIERA
Ésta es la tercera clave de la riqueza y la felicidad: USTED DEBE APRENDER A SUPERAR LA PRESION FINANCIERA.
La presión financiera sólo la desconoce aquel que no tiene finanzas de ninguna clase. Hay muchos tipos de presión financiera, y han hundido a muchas personas. Pueden propiciar la codicia, la envidia, el engaño o la paranoia; pueden embotarle su sensibilidad o privarle de amigos. Pero fíjese en que he dicho “pueden”, no que vaya a ser así necesariamente. Superar la presión financiera quiere decir saber gastar, saber dar, saber ganar,saber ahorrar y saber invertir.
Durante mi infancia, nuestros padres trabajaron mucho para salir adelante. Por diversos motivos, nos vimos en una situación económica sumamente apretada. Recuerdo que un Día de Acción de Gracias no quedaba ni un centavo en casa. La festividad se anunciaba más bien melancólica, hasta que alguien llamó a la puerta cargado de latas de conservas y pasteles. El mensajero que traía aquellos regalos dijo que eran de una persona que sabía que nosotros no eramos capaces de mendigar nada, y que nos apreciaba y deseaba que pasáramos un día feliz. Nunca lo he olvidado. De manera que todos los años, cuando llega el Día de Acción de Gracias, hago lo mismo que alguien hizo por m¡ en aquella ocasión: salgo a comprar alimentos para una semana y se los llevo a alguna familia necesitada, presentándome siempre como recadero o transportista, nunca como la misma persona que hace el regalo. Y siempre dejo una nota diciendo: “Regalo de una persona que les aprecia a ustedes y desea que pronto se vean en condiciones de prestar el mismo favor a otros necesitados”.
Ha llegado a ser una de las grandes festividades del año para mí. Ver las caras de las personas que se enteran de que hay alguien que las aprecia, de que importan a alguien merece la pena.
La conclusión es que con el dinero ocurre lo mismo que con todo lo demás. Puede hacerlo trabajar a favor o en contra de usted. Debe ser capaz de manejar el dinero como cualquier otro elemento de su mente, con la misma idoneidad en cuanto a los fines y la misma elegancia. Aprenda a ganar, a ahorrar y dar. Si lo consigue dominará la presión financiera, y el dinero no será nunca más un estímulo que lo ponga en un estado negativo, haciéndole caer en la infelicidad o tratar con los demás en condiciones de inferioridad muy alejadas de la plenitud de recursos.